
Con Horacio Cimino y Carlos Ezpeleta decidimos compartir un día de pesca en el río.

Elegimos a una guía de Quilmes para salir a pescar en su semirrígido: Daniel Dillman.

Llegados al lugar, después de una hora de navegación, encontramos un río más embravecido que lo esperado, motivo por el cual Carlos se descompuso.

Pero ya estábamos ahí y los pejes empezaron a salir.

Con este Horacio nos pasó el trapo a todos: 56 cm y calculamos un kilo cuatrocientos a ojo (ya que no teníamos balanza, pero sí centímetro).

Mereció más de una foto.

Fueron saliendo varios más, algunos medianotes y grandes.

Usando el copo permanentemente para asegurar las piezas.

Muy lindo este bicho, segundo puesto detrás del de Horacio.
A lo último, Carlos recuperado pinchó un par de flechas.

Yo tuve chance de sacar unos cuantos.

En total, fueron 36 hermosas flechas de plata, tres de ellas verdaderamente grandes. Un día sensacional, sólo opacado por la descompostura de Carlos.